lunes, 23 de febrero de 2009
UN TRATADO DE LIBRE COMERCIO
CENTROAMÉRICA-ESTADOS UNIDOS
Principales aspectos de interés para El Salvador
Carlos Orellana Merlos
En este documento, luego de una breve introducción, algunos datos generales y perspectivas económicas de Estados Unidos, así como ciertas consideraciones sobre la importancia de Estados Unidos como el socio más estratégico dentro del comercio exterior de El Salvador, se presentan los antecedentes sobre el TLC en referencia, así como los avances en el proceso para el mismo y para la “Vía Rápida”. A continuación, se plantean los principales objetivos que deben perseguirse en el marco de las negociaciones para un eventual TLC con Estados Unidos; posteriormente, se señalan las ventajas y oportunidades del TLC, las condiciones favorables o fortalezas para dicho acuerdo de liberalización comercial, así como los retos o desafíos del mismo. Finalmente, se presentan unas breves conclusiones y se hacen algunas propuestas para una estrategia de negociación y aprovechamiento del TLC. A continuación se presenta un resumen de este documento.
Dentro del marco de las negociaciones de los TLC´s, y particularmente en las mesas de acceso a los mercados de productos agropecuarios e industriales, se negocian esencialmente los programas de desgravación de los derechos arancelarios a las importaciones (aranceles) de dichos productos, así como las barreras no arancelarias.
Los aranceles a las importaciones, posiblemente el más importante instrumento de la política comercial externa, tienen como propósito principal proteger a los productores nacionales de los competidores extranjeros para que logren desarrollarse.
Pero, ¿cuál es el objetivo principal de una liberalización comercial, y específicamente de una desgravación arancelaria entre dos o más países? En términos generales, incrementar las exportaciones y promover la competitividad productiva, tanto por el mayor abastecimiento de insumos en mejores condiciones de precio y posiblemente de calidad, como por el reto que plantea la producción extranjera. En principio, la referida competitividad redundaría a su vez en más exportaciones y en mayores beneficios para los consumidores de los países involucrados, ya que dispondrían de una mayor variedad de bienes con mejores precios y calidades.
En el caso concreto de las negociaciones de un TLC entre los países centroamericanos y otros países como Estados Unidos, se debería lograr una eliminación total, pero a menudo paulatina, de los aranceles a las mercaderías que se comercializan al interior de la eventual zona de libre comercio, y que cumplan con las normas de origen que se acuerden en el marco de dicho TLC, quedando en vigencia los aranceles para los productos que provienen de terceros países, o aranceles de Nación Más Favorecida (NMF).
En este contexto, debe señalarse que El Salvador dispone de ventajas comparativas y competitivas (reales y potenciales) en una serie de productos agropecuarios e industriales; y desde esta perspectiva, la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias a este tipo de productos por parte de Estados Unidos, como resultado de un eventual TLC, contribuiría indudablemente a la expansión de la producción y exportación de dichos bienes, proporcionando a su vez una contribución significativa al crecimiento económico de El Salvador. Paralelamente, permitiría la adquisición con precios más bajos de productos en los cuales El Salvador no posee ventajas comparativas ni competitivas (ej: ciertas materias primas y productos finales), favoreciendo en principio, y sobre esta base, una eficiencia en la asignación de recursos escasos y el bienestar de los consumidores.
Por otra parte, el tema de la desgravación arancelaria de productos agropecuarios e industriales está estrechamente vinculado con aspectos tales como: las ya mencionadas normas de origen para dichos productos; sus restricciones sanitarias y fitosanitarias; y las normas técnicas de los mismos. Por lo tanto, se considera que uno de los propósitos más importantes de El Salvador dentro de las negociaciones con Estados Unidos, debe ser impedir que dichos aspectos se constituyan en barreras injustificadas al comercio (exportaciones) de los referidos productos.
Algunas consideraciones
Ahora más que nunca resulta urgente para El Salvador alcanzar un crecimiento económico elevado y sostenido, pero éste sólo logrará alcanzarse con importantes niveles de inversión que llegan con proyectos para exportación hacia los mercados de los países desarrollados; y al mismo tiempo hace falta que países como Estados Unidos, den a El Salvador una oportunidad para el libre comercio.
De hecho, la condición posterremotos de El Salvador, la situación en su sector agropecuario y otros aspectos que limitan el crecimiento económico en el país, hacen que se requiera, posiblemente más que en otros países de la región centroamericana, de un acceso al mercado estadounidense (considerado el más estratégico y prioritario), a través de un TLC y tan pronto como sea posible (2003).
En este sentido, las recientes declaraciones del Presidente Bush abriendo la posibilidad de negociar un acuerdo de liberalización comercial con Centroamérica, generan expectativas positivas, dado que un TLC con Estados Unidos contribuiría considerablemente al despegue económico que se requiere para el combate de la pobreza.
Las exportaciones salvadoreñas, como tendencia, se incrementaron a lo largo de los años noventa, y el nivel de integración del país a la economía internacional también creció. Se considera que existe un amplio margen para que esto continúe sucediendo durante la presente década.
Algunas recomendaciones para una estrategia de negociación y un aprovechamiento efectivo del TLC
Con base en la naturaleza de las estrategias de negociación de TLC´s seguidas por El Salvador durante los últimos años y de los recientes avances en el proceso para un eventual TLC con Estados Unidos, así como en otras consideraciones sobre el acuerdo de liberalización comercial, a continuación se presentan algunas propuestas y sugerencias para una estrategia en la negociación comercial que llevaría a cabo El Salvador con dicho país y para un aprovechamiento efectivo de las oportunidades del referido tratado; ello con el propósito de que la apertura y las exportaciones salvadoreñas sean efectivamente un eje de dinamismo y crecimiento económico para el país, tal como lo plantea FUSADES en su propuesta para el quinquenio 1999-2004.
• Se hace necesario definir una logística para negociación de un TLC, así como concretar el respaldo técnico de instancias o entidades regionales, como la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA); se tiene entendido que a la fecha ya hay avances significativos al respecto.
• Por otra parte, deben priorizarse los temas a negociar, tales como: acceso recíproco de productos a mercados agropecuarios e industriales (sobre todo considerando aquí las barreras arancelarias y no arancelarias aplicadas por Estados Unidos en su intercambio comercial), inversiones, servicios, y comercio electrónico; entre otros.
• Es conveniente utilizar anteriores y actuales experiencias de negociación de TLC´s ya en vigencia (ej: con México, Chile y República Dominica) y en proceso (ej: con Canadá y Panamá).
• Se considera que uno de los problemas más importantes para poder avanzar y concluir adecuadamente los diversos puntos o materias que en la actualidad o en el futuro constituirían la agenda de negociaciones de un TLC con Estados Unidos, es que las entidades e instancias del sector privado salvadoreño, y de manera particular algunas gremiales, no disponen de la capacitación, la experiencia y, sobre todo, del financiamiento institucional apropiado para dar el apoyo necesario al equipo negociador oficial del Ministerio de Economía que es, en la práctica, un vocero de las posiciones de distintos sectores productores nacionales ante el resto de países; esto a pesar de que es generalmente aceptado que dicho sector debe desempeñar un papel protagónico dentro de la estrategia comercial externa de El Salvador.
• De la situación anterior se deriva la prioridad de conformar un equipo técnico ad-hoc que represente al sector privado y que participe, paralelamente al equipo oficial, en negociaciones comerciales con Estados Unidos, planteando sus posiciones a través de los voceros del Ministerio de Economía.
• Asimismo, es necesario desarrollar de manera simultánea otras actividades dirigidas a asegurar que el equipo oficial sea suministrado, oportuna y confiablemente, de información específica relevante acerca de diversos aspectos incorporados en negociaciones tendientes a lograr un ventajoso TLC con Estados Unidos.
• Por otra parte, se considera que las propuestas de desgravación de derechos arancelarios a la importación y de normas de origen tienen que hacerse, no por países (por separado), sino a nivel global, es decir, para los cinco países en su conjunto, con el propósito de evitar o reducir los problemas de triangulación y contrabando, así como de estimular una mayor integración de las cadenas productivas regionales.
• En términos generales, se considera que una estrategia clave y altamente recomendable es conservarse como región y presentar propuestas como bloque (de cara a un eventual TLC), para evitar, entre otras cosas, una posible suspensión de negociaciones.
• Tomando en cuenta las limitaciones que plantean los escasos recursos (humanos y materiales) de los que disponen los sectores público (Ministerios de Economía, de Relaciones Exteriores, de Agricultura y Ganadería, etc.) y privado (gremiales) de El Salvador, es necesario, o al menos conveniente, que Estados Unidos sea el país prioritario sobre el cual deben concentrarse el diseño y las actividades de la agenda de negociaciones de TLC´s. En este sentido, se recomienda concretamente que El Salvador y la región centroamericana eviten complejidades en el perfil de negociaciones de TLC´s, y conceptualicen a Norteamérica (particularmente a Estados Unidos) como su socio comercial más estratégico, dando por lo tanto prioridad regional a ese país.
• Por otra parte, es necesario un mayor fortalecimiento en materia de administración de acuerdos de liberalización comercial, a través de un equipo capacitado y experimentado de administradores de TLC´s dentro del sector público, dotándolo de adecuados recursos materiales y financieros.
• Asimismo, es indispensable adoptar medidas para incrementar, de manera más efectiva, la productividad y competitividad de las empresas nacionales, para que un TLC con Estados Unidos pueda ser aprovechado, también de manera efectiva, por las unidades productoras salvadoreñas: más modernización del Estado; más inversión pública y privada en obras de infraestructura adecuada y eficiente; más mano de obra calificada; proyectos de apoyo a la exportación; y empresas nacionales auténticamente dinámicas para poder hacerle frente al desafío de lograr elevar aún más su productividad y, por ende, su competitividad, en un plazo razonable; entre otras.
• Finalmente, la teoría económica y las experiencias a nivel internacional (ej: caso de Argentina) enseñan que, para conseguir efectivamente un crecimiento provechoso hacia afuera, es importante disponer no sólo de un nivel razonable de apertura comercial, sino también de políticas macroeconómicas equilibradas, tales como una política fiscal realista y sostenible, entre otras.
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